miércoles, 5 de diciembre de 2012

11:11

La hora nunca es exacta
entre dos relojes
siempre hay tres minutos que se pierden
irreparablemente en el tiempo

en el cuarto de trabajo
frente a la computadora
los segundos perdidos flotan
se diluyen con el miedo que se agita dentro
y recubren
todo el perímetro de mi cabeza

si pudiera verme desde afuera
vería la luz estéril de tanatorio
que me ilumina
como el fluorescente que ilumina
el cuerpo inanimado

pienso
que el monitor y mis lentes son una misma cosa

una pantalla que mira hacia la vida
dos más pequeñas que miran hacia la muerte
y mi cuerpo es
un punto en contra luz donde colisiona
el universo histérico
el universo hecho polvo
el universo tuyo
que violentamente
se separa del mío.

lunes, 21 de mayo de 2012

nota:

tenés el fuego más furioso
de la mañana
en la mano que no sabés usar bien

sacás el cigarro
por la ventana
y a 80 km/h ese punto incandescente
arde en silencio
en un tremendo silencio
hasta la punta de tus pies

7:45 a.m.
san josé es el strip
de una ciudad en ruinas