Los orines salen disparados
hacia otra dirección sin que queramos
manchan nuestros zapatos
y esos pequeños puntos húmedos
caminan con nosotros
mientras vamos moviéndonos
sobre nuestras suelas
Pequeñas gotas residuales
que se evaporan
cuando entramos a los sitios más amados
y se extinguen
a medida que relatamos
los acontecimientos del día
cuando nos miramos
intermitentemente a los ojos
Una porción líquida de nosotros mismos
sobrevive cuando orinamos
la otra escapa velozmente
en efecto vórtice
a lugares mojados desconocidos
cuya agua será también evaporada
y depositada
en pequeñas gotas perseverantes
que prolongarán su vida un rato
sobre cerámicas frías
y gamuzas que se mueven entre el polvo.
lunes, 20 de julio de 2015
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